12/07/2017 in Pensamientos

UN POCO DE RESPETO

El mes pasado se cumplió el 30 aniversario de la masacre de Hipercor, el mayor crimen de ETA: 21 muertos y 45 heridos. No recuerdo que nadie del Pepé S.A. ni de la panzerdivisionen mediática pidiera pancartas para las víctimas. Un mes después la exigen -con insultos de grueso calibre incluidos- para Miguel Ángel Blanco en el Ayuntamiento de Madrid. La reclaman los mismos que utilizaron la fundación que lleva su nombre para robarnos a todos falseando cuentas y facturas, según la Policía. Sin miedo a enfangar la memoria de un hombre bueno.

Los 21 muertos de Hipercor les importan poco. Si no les importamos los vivos, ¿por qué importarles los muertos? Y no, tampoco les importa Miguel Ángel Blanco. Alguien en Génova ha pensado matar dos pájaros de un tiro: manchar al contrario con sangre inocente y repescar votos aprovechando la memoria de un militante digno, un concejal de pueblo que perdió la vida por sus ideas. A los indecentes les gusta retratarse con los decentes. Camuflaje, estrategia, profesionalidad. Y salen pidiendo pancartas. Ellos, que las odian. En fin.

Miguel Ángel Blanco no fue la víctima de ellos, sino la de todos, como lo fueron las de Hipercor y las del 11M –a cuyo homenaje faltó Cifuentes por presidirlo Pilar Manjón-. Los caídos por causa del terrorismo no son los muertos de ningún partido sino los muertos de todos los españoles, porque son la memoria viva de nuestro sufrimiento como pueblo, del doloroso camino recorrido hacia la convivencia pacífica.

Miguel Ángel Blanco murió por ideas, algunos de los que hoy piden pancartas a gritos y ayer llamaban pancarteros al resto, solo serían capaces de morir por dinero. Un poco de respeto, para él y para todas las víctimas del fanatismo.




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